¿Cuáles son los síntomas de la deficiencia de vitamina D?
¿Sientes fatiga constante o dolores óseos? Descubre los síntomas comunes de la deficiencia de vitamina D, desde debilidad muscular hasta infecciones frecuentes. Información confiable para reconocerlos a tiempo y consultar a un profesional.

La deficiencia de vitamina D es una condición común que ocurre cuando el cuerpo no recibe suficiente de esta vitamina esencial para la absorción de calcio y el mantenimiento de los huesos. Los síntomas pueden ser sutiles al principio, pero progresan si no se abordan, afectando la salud ósea, muscular e inmunológica. Reconocer estos signos tempranos es clave para una intervención oportuna.
Síntomas comunes en adultos
En adultos, la deficiencia de vitamina D a menudo se manifiesta con síntomas generales que se confunden con el estrés o el envejecimiento. La fatiga persistente es uno de los primeros indicios, ya que la vitamina D regula el metabolismo energético. Además, los dolores óseos y musculares, especialmente en la espalda baja y las piernas, son frecuentes debido a la debilidad ósea conocida como osteomalacia.
Fatiga y debilidad general: Sensación de cansancio constante, incluso después de descansar adecuadamente.
Dolores musculares y óseos: Molestias en las articulaciones, caderas o espinazo que empeoran con el movimiento.
Caídas frecuentes: Debido a la debilidad en las piernas y problemas de equilibrio.
Cambios de humor: Irritabilidad o síntomas depresivos, ya que la vitamina D influye en la producción de serotonina.
Síntomas en niños y bebés
Los niños son particularmente vulnerables a la deficiencia de vitamina D, que puede causar raquitismo, una enfermedad que ablanda los huesos en crecimiento. En bebés, se observan deformidades craneales o fontanelas que cierran tarde. Ejemplos reales incluyen brotes históricos de raquitismo en regiones con poco sol, como el norte de Europa en el siglo XIX.
Deformidades óseas: Piernas arqueadas (genu varo) o pecho hundido (pectus excavatum).
Retraso en el crecimiento: Dientes que salen tarde o fontanelas abiertas por más tiempo.
Infecciones respiratorias frecuentes: Debido a un sistema inmunológico debilitado.
Sudoración excesiva en la cabeza: Un signo clásico en bebés con raquitismo.
Otros signos y complicaciones
Otros síntomas incluyen pérdida de cabello, infecciones recurrentes y cicatrización lenta de heridas, ya que la vitamina D apoya el sistema inmune y la regeneración celular. En casos graves, puede llevar a osteoporosis o mayor riesgo de fracturas. Estudios como el de la Sociedad Española de Endocrinología muestran que hasta el 50% de la población española tiene niveles bajos en invierno.
Pérdida de cabello: Alopecia difusa, especialmente en mujeres.
Infecciones frecuentes: Resfriados, gripe o neumonía repetidas.
Dolor de espalda crónico: Asociado a debilidad en la columna vertebral.
Factores de riesgo y diagnóstico
Personas con piel oscura, obesidad, veganos o que viven en zonas con poca exposición solar tienen mayor riesgo. El diagnóstico se realiza mediante un análisis de sangre que mide los niveles de 25-hidroxivitamina D. Ejemplos incluyen campañas de salud pública en países como el Reino Unido para suplementar a niños de minorías étnicas.
Conclusión
La deficiencia de vitamina D es prevenible con exposición solar moderada y dieta equilibrada, pero ante cualquier síntoma persistente, es esencial actuar rápido. Mantener niveles óptimos beneficia huesos, músculos e inmunidad. Monitorea tu salud para evitar complicaciones a largo plazo.